La prueba de alcoholemia es un medio a través del cual se determina el nivel de alcohol ingerido, de forma que se comprueba si el conductor requerido para esta prueba supera los límites permitidos por la Ley de alcohol en sangre o aire espirado. No obstante, ¿es posible negarse a realizar la prueba de alcoholemia?
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Cuándo pueden hacerte una prueba de alcoholemia
De acuerdo con el artículo 21 del Reglamento General de Circulación, los conductores están obligados a someterse a las pruebas de alcoholemia. Además, este artículo establece los supuestos en los que los agentes podrán someter a esta prueba a los ciudadanos:
- Cualquier usuario de la vía implicado en un accidente de tráfico.
- Cualquier conductor que presente síntomas evidentes de estar conduciendo bajo los efectos del alcohol.
- Conductores que hayan sido denunciados por la comisión de alguna infracción de tráfico.
Además, lo habitual es que este tipo de pruebas de alcoholemia se realicen en los siguientes casos:
- Controles preventivos: cuando los agentes de la autoridad detecten una conducción alterada que haga pensar que el conductor se encuentra bajo los efectos del alcohol.
- Campañas especiales: de la Dirección General de Tráfico que pone en marcha, de forma periódica, campañas especiales de vigilancia en que se realizarán estas pruebas.
- Pruebas aleatorias a conductores elegidos al azar.
- Accidentes: los conductores y otros usuarios de la vía involucrados en un accidente de tráfico podrán ser sometidos a una prueba de alcoholemia.
¿Es posible negarse a someterse a una prueba de alcoholemia?
Cualquier conductor puede ser requerido para hacer una prueba de alcoholemia. No obstante, ¿es posible negarse a realizar la prueba de alcoholemia o todos los conductores están obligados a someterse a las pruebas de alcoholemia? A pesar de que muchos conductores creen que pueden negarse a realizarse esta prueba, lo cierto es que existe el delito de negativa de alcoholemia, por lo que el conductor requerido para ello no podrá negarse a someterse a una prueba de alcoholemia. Así pues, esta conducta está tipificada como delito.
Cuáles son las consecuencias legales si te niegas
Regulado en el artículo 383 del Código Penal, negarse a hacer una prueba de alcoholemia, cuando el conductor hubiera sido requerido para ello por un agente de la autoridad, estará castigado con una pena de prisión de 6 meses a 1 año, además de la privación del derecho a conducir por un periodo de tiempo de 1 a 4 años.
No obstante, y a pesar de que negarse a realizar esta prueba constituye un delito, el conductor siempre podrá impugnar la prueba de alcoholemia con el asesoramiento de un abogado especialista en este tipo de delitos, como los que se encuentran en nuestro equipo de abogados profesionales. De hecho, es posible invalidar la prueba de alcoholemia y evitar las consecuencias legales que conlleva tener una tasa de alcohol en sangre o aire espirado superior a la permitida. Se ha de tener en cuenta que es mucho más complicado conseguir ser absuelto por negarse a hacer la prueba de alcoholemia.