La cesión de remate es una figura que opera en el marco de las ejecuciones hipotecarias. Se trata de un recurso jurídico que simplifica mucho la transmisión de los bienes inmuebles cuando se procede a la venta en subasta pública de los mismos, para que el banco acreedor satisfaga su derecho de crédito.
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Qué es una cesión de remate
Cuando el deudor hipotecario no paga el crédito, el banco puede acudir a los tribunales para que se lleve a cabo la ejecución de la hipoteca.
Si, a resultas del procedimiento de subasta pública, la entidad bancaria acreedora resulta adjudicataria del inmueble, puede aprovechar el lapso de tiempo que existe antes de que la adjudicación sea definitiva y el bien se inscriba a su nombre para realizar la adjudicación a favor de un tercero.
Este tercero será el que pague el valor del remate, de forma que el banco satisfará su crédito. A resultas de esta operación, el bien inmueble no será inscrito a nombre de la entidad bancaria, sino de ese tercero que ha pagado el remate.
De una manera más sencilla, las cesiones de remate de bancos son operaciones en las que una entidad bancaria vende un bien inmueble adquirido en subasta a un tercero, sin necesidad de llegar a inscribirlo en el Registro de la Propiedad a su nombre; la inscripción se hará directamente a nombre del nuevo propietario.
Cómo funciona una cesión de remate
En primer lugar, es necesario que el banco reclame judicialmente la ejecución de la hipoteca ante el impago del deudor. Después, se procederá a la venta del inmueble en subasta pública.
Para que se dé un supuesto de vivienda en cesión de remate, hace falta que la entidad acreedora resulte beneficiaria de la subasta. Algo que ocurre si no aparece otra persona física o jurídica dispuesta a comprar el inmueble por el precio al que está siendo subastado.
Si la entidad bancaria es adjudicataria y ya tiene un comprador interesado en quedarse con la casa, se puede acordar la cesión de remate para ahorrar tiempo, trámites y dinero.
Pero, en cualquier caso, el procedimiento tiene que darse a través de vía judicial, y debe constar la aceptación expresa del cesionario (el tercero que adquiere el inmueble) antes o durante la consignación o pago del valor fijado para la adjudicación.
Cuáles son sus ventajas e inconvenientes
Este tipo de operaciones tienen ventajas y también algunos inconvenientes que es importante conocer:
Ventajas
- Libera al cedente (el banco) de la responsabilidad de gestionar la venta del bien adquirido.
- Para el cesionario, adquirir una casa de esta manera es una oportunidad para convertirse en propietario de un inmueble a un precio potencialmente favorable.
- Al ceder el derecho de remate, el banco gana en liquidez, porque no tendrá que pagar el importe del bien subastado.
- La transacción es mucho más rápida.
Inconvenientes
- El cedente pierde parte del control sobre el proceso de venta y quizá no obtenga el precio más óptimo por el bien.
- El cesionario asume riesgos que no conoce. Existe, por ejemplo, la posibilidad de que sobre el inmueble haya deudas adicionales, esté ocupado, o tenga defectos estructurales.
- Tanto el cedente como el cesionario tienen que hacer frente a costes asociados a la operación, como el pago de impuestos y gastos administrativos.
A pesar de que puede tener algunos inconvenientes, la cesión de remate es, en líneas generales, una operación ventajosa para los implicados. No obstante, antes de entrar de lleno en una transacción de este tipo, siempre conviene contar con asesoramiento legal experto, como el que ofrece nuestro equipo.